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Caso P., L. D. (o) R. J. (2013)

Caso P., L. D. (o) R. J. (2013)
27 mayo 2017 Identidad & Diversidad

En el caso de “P., L. D.”, el Juz­ga­do de Eje­cu­ción de Segun­da Nomi­na­ción, como con­se­cuen­cia de la soli­ci­tud pre­sen­ta­da por una mujer trans que se encon­tra­ba cum­plien­do su pena en una cár­cel para hom­bres, dis­pu­so que se tras­la­da­ra a la impu­tada a “(…) un Esta­ble­ci­mien­to Peni­ten­cia­rio acor­de a su con­di­ción físi­co-anató­mi­ca.” El defen­sor de P., L. D. dedu­ce recur­so de casa­ción ya que con­si­de­ra que el Juz­ga­do men­cio­na­do se nie­ga a tra­tar a su defen­di­da según su iden­ti­dad de géne­ro auto­per­ci­bi­da “(…) obli­gán­do­la a vivir en una cár­cel para hom­bres y deno­mi­nán­do­la con el nom­bre feme­nino jun­to al nom­bre mas­cu­lino e inclu­so de for­ma inde­ter­mi­na­da.”, lo que es con­tra­rio a lo esti­pu­la­do por la nor­ma del artícu­lo 1 de la Ley de Iden­ti­dad de Géne­ro (Ley 26.743) [1]. Asi­mis­mo, soli­ci­ta la reca­ra­tu­la­ción del lega­jo de eje­cu­ción, inclu­yen­do sólo el nom­bre de pila feme­nino, ya que el exis­ten­te incluía tan­to el feme­nino como el mas­cu­lino, sepa­ra­dos por la dis­yun­ción “o”. Según el defen­sor, este hecho es con­tra­rio a la nor­ma­ti­va sobre iden­ti­dad de géne­ro, la que prohí­be la publi­ci­dad de la rec­ti­fi­ca­ción del sexo y cam­bio de nom­bre de pila.

P., L. D. había lle­va­do a cabo la rec­ti­fi­ca­ción regis­tral de su sexo, su cam­bio de nom­bre de pila y de su ima­gen, según su iden­ti­dad de géne­ro auto­per­ci­bi­da, sin haber­se some­ti­do a inter­ven­cio­nes qui­rúr­gi­cas. Por lo tan­to, el Juz­ga­do, al men­cio­nar la “con­di­ción físi­co-anató­mi­ca” le negó a la soli­ci­tan­te el tras­la­do a una cár­cel de muje­res, la que habría sido acor­de a su iden­ti­dad de géne­ro autopercibida.

En la sen­ten­cia de la Sala Penal del Tri­bu­nal Supe­rior de Jus­ti­cia de la Pro­vin­cia de Cór­do­ba, en el año 2013, los jue­ces hacen un reco­rri­do por la Ley de Iden­ti­dad de Géne­ro, sus fun­da­men­tos, y dis­tin­tos prin­ci­pios y nor­mas inter­na­cio­na­les de dere­chos huma­nos, para lle­gar a la con­clu­sión de que:

(…) sur­ge con cla­ri­dad que el legis­la­dor nacio­nal reco­no­ce y pro­te­ge el dere­cho a la iden­ti­dad de géne­ro auto­per­ci­bi­da, la que se pro­yec­ta como una potes­tad inhe­ren­te a la per­so­na, que va más allá de la sim­ple facul­tad de soli­ci­tar la rec­ti­fi­ca­ción regis­tral ante el Regis­tro Nacio­nal de las Personas.”

El Tri­bu­nal sos­tie­ne que el ejer­ci­cio del dere­cho a un tra­to digno incluye:

(…) el res­pe­to y la tute­la a la iden­ti­dad per­so­nal con­for­me a la viven­cia inter­na de cada indi­vi­duo lo que exi­ge su alo­ja­mien­to en un esta­ble­ci­mien­to peni­ten­cia­rio de mujeres.”

En esta línea, el tér­mino “sexo” ya no se refie­re a la con­di­ción bio­ló­gi­ca, sino que se debe inter­pre­tar en el sen­ti­do amplio de iden­ti­dad autopercibida.

Así, el Tri­bu­nal Supe­rior de Jus­ti­cia de la Pro­vin­cia de Cór­do­ba resuel­ve auto­ri­zar el tras­la­do de P., L. D. a un esta­ble­ci­mien­to peni­ten­cia­rio para muje­res, y reca­ra­tu­lar el lega­jo de eje­cu­ción de acuer­do al nom­bre de pila que sur­ge del Docu­men­to Nacio­nal de Iden­ti­dad de la soli­ci­tan­te, sobre la base de los artícu­los 6, 7 y 9 de la Ley de Iden­ti­dad de Géne­ro, a fin de man­te­ner la con­fi­den­cia­li­dad de los datos originarios.

NOTA

[1] Fallo “P., L. D. (o) R. J. s/ eje­cu­ción de pena pri­va­ti­va de liber­tad – Recur­so de Casa­ción”, Tri­bu­nal Supe­rior de Jus­ti­cia de la Pro­vin­cia de Cór­do­ba, de fecha 02/09/2013. Expte. “P”, 62/13. Sen­ten­cia Nº 255.

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