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Caso L., J. C. (1994)

Caso L., J. C. (1994)
22 mayo 2017 Identidad & Diversidad

En 1994, la Cáma­ra 1° de Ape­la­cio­nes en lo Civil y Comer­cial de San Nico­lás debió deci­dir en el caso “L., J. C.”[1]. Una per­so­na que nació con una ambi­güe­dad geni­tal requi­rió judi­cial­men­te la anu­la­ción de su par­ti­da de naci­mien­to en la que fue regis­tra­da con nom­bre y sexo mas­cu­lino, a fin de que se rea­li­za­ra una nue­va ins­crip­ción con sexo y nom­bre feme­nino. Asi­mis­mo, soli­ci­tó la auto­ri­za­ción judi­cial para rea­li­zar­se una inter­ven­ción qui­rúr­gi­ca que ade­cua­ra sus geni­ta­les a su iden­ti­dad femenina.

La Cáma­ra entien­de que, debi­do a la nece­si­dad de supe­rar la ambi­güe­dad sexual de la per­so­na, debe hacer lugar a la inter­ven­ción qui­rúr­gi­ca. Los jue­ces con­si­de­ran que no suce­de lo mis­mo con la anu­la­ción de la par­ti­da de naci­mien­to, debi­do a que el ins­tru­men­to fue con­fec­cio­na­do en con­cor­dan­cia con una situa­ción real. Sin embar­go, dada la nece­si­dad de la homo­ge­nei­za­ción y cohe­ren­cia que debe exis­tir entre los dife­ren­tes aspec­tos de la sexua­li­dad de una per­so­na (bio­ló­gi­co, físi­co, social, entre otros), la Cáma­ra deci­de, ade­más de otor­gar la auto­ri­za­ción para la rea­li­za­ción de la inter­ven­ción qui­rúr­gi­ca, orde­nar la rec­ti­fi­ca­ción de los docu­men­tos iden­ti­fi­ca­to­rios de la peticionante.

El tri­bu­nal hace hin­ca­pié en que no se tra­ta en el caso de una per­so­na tran­se­xual, sino inter­se­xual. Así, según la sen­ten­cia de la Cáma­ra, “El indi­vi­duo tie­ne dere­cho a la reafir­ma­ción de su iden­ti­dad sexual aque­ja­da por el des­tino que le tocó. Per­si­gue, ante la inde­fi­ni­ción de ori­gen, lograr la defi­ni­ción con­sus­tan­cial con su per­so­na.” Asi­mis­mo, con res­pec­to a la ope­ra­ción soli­ci­ta­da, sugie­re que

(…) no se tra­ta de una ope­ra­ción muti­lan­te de varia­ción del sexo, sino de remo­ción de una mix­tu­ra con­fu­sa (Arias de Ron­chiet­to, artícu­lo cita­do), que en defi­ni­ti­va ten­de­rá a qui­tar suge­ren­cias geni­ta­les mas­cu­li­nas no fun­cio­na­les, según ya expre­sé, en bene­fi­cio de la persona.”

Cabe seña­lar que deci­di­mos la inclu­sión de este ante­ce­den­te ya que, has­ta el año 1997, no se per­mi­tía la rec­ti­fi­ca­ción docu­men­tal de la iden­ti­dad de las per­so­nas tran­se­xua­les y, en el caso de L., J. C., se expli­ca indi­rec­ta­men­te el por qué. Se deli­nea una cla­ra dife­ren­cia entre per­so­nas tran­se­xua­les e inter­se­xua­les, al tener estos últi­mos entre sí una reali­dad dis­tin­ta al momen­to del naci­mien­to y de la con­fec­ción de sus par­ti­das de nacimiento.

NOTA

[1] Fallo “L., J. C.”, Cáma­ra 1º de Ape­la­cio­nes en lo Civil y Comer­cial de San Nico­lás, de fecha 11/08/1994. Publi­ca­do en LLBA1994, 871. Cita onli­ne: AR/JUR/1040/1994.

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