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Caso M. M. J. c/ CBA S.A. Ciesa U.T.E. y Otro s/ Despido (2013)

Caso M. M. J. c/ CBA S.A. Ciesa U.T.E. y Otro s/ Despido (2013)
23 mayo 2017 Identidad & Diversidad

Se tra­ta de un caso que lle­ga a la Sala IX de la Cáma­ra Nacio­nal del Tra­ba­jo en el año 2013, que ver­sa sobre mob­bing labo­ral: hos­ti­ga­mien­to, aco­so labo­ral y dis­cri­mi­na­ción por con­di­ción sexual. Los hechos tuvie­ron lugar en el “Casino Puer­to Made­ro”. Las coac­cio­na­das (ase­gu­ra­do­ras por ries­go de tra­ba­jo) ape­lan lo deci­di­do en la ins­tan­cia infe­rior, sin embar­go la Cáma­ra reto­ma el cri­te­rio del a quo. Tal como se trans­cri­be, el cua­dro deter­mi­na­do en el pro­ce­so es el siguiente:

En la peri­cia psi­co­ló­gi­ca obran­te en la cau­sa (v. fs. 410 y vta.) se con­clu­yó que se debe des­ta­car que estos acon­te­ci­mien­tos irrum­pie­ron en for­ma trau­má­ti­ca en la vida del entre­vis­ta­do, que son aje­nos a sí mis­mo y a su his­to­ri­ci­dad (no hay pato­lo­gía pre­via). A) Las tareas rea­li­za­das por el Sr. M. impli­ca­ban un dia­rio y cons­tan­te esta­do de vigi­lia y ten­sión ner­vio­sa por la inten­sa sobre­car­ga físi­ca y emo­ti­va que per­ma­nen­te­men­te le deman­da­ban, así como por el haci­na­mien­to del hábi­tat en don­de tra­ba­ja­ba, lle­ván­do­lo a pade­cer sín­to­mas psí­qui­cos y psi­co­so­má­ti­cos de ago­ta­mien­to, cons­ti­tu­yen­do un cua­dro psi­co­pa­to­ló­gi­co de STRESS LABO­RAL AGU­DO como con­se­cuen­cias nega­ti­vas psi­co­ló­gi­cas y fisio­ló­gi­cas de las expe­rien­cias trau­má­ti­cas (agen­tes estre­san­tes lesi­vos), deri­va­dos direc­ta­men­te de su ámbi­to labo­ral. B) El Sr. M. fue víc­ti­ma de una vio­len­cia psi­co­ló­gi­ca extre­ma sis­te­má­ti­ca y recu­rren­te en su lugar de tra­ba­jo sien­do dis­cri­mi­na­do y des­ca­li­fi­ca­do hos­til­men­te por su con­di­ción sexual, oca­sio­nán­do­le esta situa­ción una dis­mi­nu­ción per­ma­nen­te de su capa­ci­dad labo­ral. Lo ante­di­cho hace que el Sr. M. pre­sen­te el cua­dro psi­co­pa­to­ló­gi­co de MOB­BINGACO­SO MORAL, Sín­dro­me de Des­gas­te Pro­fe­sio­nal. Estos dos cua­dros psi­co­pa­to­ló­gi­cos (A y B) deri­van de una Reac­ción Viven­cial Anor­mal Depre­si­va, Gra­do IV y le corres­pon­de por dicha dolen­cia una inca­pa­ci­dad del orden del 30% de la total obrera.”

Más aún:

En el mar­co des­crip­to, sur­ge que el actor debía tra­ba­jar en una “casi­lla” – pues­to de segu­ri­dad – de dos metros por tres metros sin ven­ta­nas ni ven­ti­la­ción, que le asig­na­ron una fun­ción a él sólo cuan­do antes del cam­bio de fir­ma esa labor la hacían varias per­so­nas, fun­ción que requie­re una máxi­ma exi­gen­cia ya que debía rea­li­zar la vigi­lan­cia de todo el casino, que sufrió expre­sio­nes des­pec­ti­vas por su con­di­ción de homosexual (…)”

Segui­do de esto, se le indi­ca a las ase­gu­ra­do­ras que debe­rán repa­rar inte­gral­men­te al accio­nan­te pero ajus­tán­do­se a la medi­da de la póli­za de segu­ro de acuer­do a la fór­mu­la esta­ble­ci­da en el artícu­lo 14 de la L.R.T. (Ley de Ries­gos de Trabajo).