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Ley 6.915 (2008)

Ley 6.915 (2008)
28 mayo 2017 Identidad & Diversidad

Del capí­tu­lo “Dere­chos y Garan­tías”, el artícu­lo 9 habla sobre el dere­cho a la inte­gri­dad per­so­nal y esta­ble­ce que:

Las niñas, niños y ado­les­cen­tes tie­nen dere­cho a su inte­gri­dad psí­qui­ca, social, sexual y moral; a que se res­pe­te su pri­va­ci­dad; a la auto­no­mía de sus valo­res, ideas, creen­cias: a no ser some­ti­dos a tra­to vio­len­to, dis­cri­mi­na­to­rio, veja­to­rio, humi­llan­te, inti­mi­da­to­rio; a no ser some­ti­dos a explo­ta­ción de cual­quier condición”.

La ley en este artícu­lo entien­de que la inte­gri­dad per­so­nal está com­pues­ta por aspec­tos psí­qui­cos, socia­les, sexua­les y mora­les. Y al res­pec­to con­ti­núa dicien­do que:

Si una per­so­na toma cono­ci­mien­to que una niña, niño o ado­les­cen­te está sien­do víc­ti­ma de malos tra­tos o cual­quier situa­ción que aten­te con­tra la inte­gri­dad psí­qui­ca, físi­ca, social, sexual o moral o que sig­ni­fi­que una vio­la­ción de su dere­chos, está en la obli­ga­ción de comu­ni­car a la auto­ri­dad local de apli­ca­ción de la pre­sen­te ley”.

Este párra­fo brin­da una pro­tec­ción amplia hacia los niños, niñas y ado­les­cen­tes que fue­ran víc­ti­mas de malos tra­tos o vie­ran vio­la­dos sus dere­chos. Lo hace de for­ma gené­ri­ca, pero para que no que­den dudas de que inclu­ye tam­bién a per­so­nas LGBT, agre­ga en su artícu­lo 10, titu­la­do “Dere­cho a la Igual­dad”, que:

El Esta­do Pro­vin­cial apli­ca­rá esta y las demás leyes nacio­na­les en la mate­ria, garan­ti­zan­do el prin­ci­pio de igual­dad a niñas, niños y ado­les­cen­tes, sin dis­cri­mi­na­ción algu­na por razo­nes de edad, orien­ta­ción sexual, raza, etnia, nacio­na­li­dad, ideo­lo­gía, opi­nión, reli­gión, carac­te­res físi­cos, con­di­cio­nes psi­co­fí­si­cas, socia­les, eco­nó­mi­cas, cul­tu­ra­les, o cual­quier otra cir­cuns­tan­cia que impli­que menos­ca­bo o exclu­sión de ellos, de sus padres o repre­sen­tan­tes legales”.

Con este artícu­lo se deja cla­ro que la nor­ma­ti­va se apli­ca a todos los niños, niñas y ado­les­cen­tes, sin impor­tar los moti­vos posi­bles de dis­cri­mi­na­ción que enu­me­ra. A su vez agre­ga “cual­quier otra cir­cuns­tan­cia”, dejan­do abier­ta la enu­me­ra­ción hacia cual­quier moti­va­ción que no sólo menos­ca­be o exclu­ya a los niños, niñas o ado­les­cen­tes, sino que tam­bién inclu­ye a los padres o repre­sen­tan­tes lega­les. De esta mane­ra posee un mode­lo seme­jan­te al adop­ta­do en San­ta Fe, sien­do ésta a su vez una ley anterior.

Final­men­te, en lo que res­pec­ta a los dere­chos de las per­so­nas LGBT, el artícu­lo 11 hace refe­ren­cia al dere­cho de iden­ti­dad de los niños, niñas y ado­les­cen­tes. El mis­mo establece:

Las niñas, niños y ado­les­cen­tes tie­nen dere­cho a su iden­ti­dad, que com­pren­de nom­bre, nacio­na­li­dad, len­gua de ori­gen, cul­tu­ra, idio­sin­cra­sia, orien­ta­ción sexual, cono­ci­mien­to de quie­nes son sus padres, pre­ser­va­ción de sus rela­cio­nes familiares”.

Si bien la fina­li­dad del artícu­lo está orien­ta­da a la pro­tec­ción de la iden­ti­dad de los niños, niñas y ado­les­cen­tes, se podría apli­car a la iden­ti­dad de géne­ro auto­per­ci­bi­da. A con­ti­nua­ción, el mis­mo artícu­lo esta­ble­ce lo que impli­ca este dere­cho en cuan­to a la garan­tía esta­tal de la iden­ti­fi­ca­ción y la reser­va de la identidad.